jueves, 14 de octubre de 2010

Por la mañana.


Escucho la radio.
 Por escuchar a gente. Por no sentirme solo, por compañía.
 Escucho la radio.
  Entrevistan a un montañero español, español de Aragón. Acaba de subir su octavo ocho mil. Lo entrevistan en las alturas, todavía esta cerca de los ocho mil metros de altura, todavía  cerca del cielo. La locutora, le pregunta por la hazaña.
 El responde.
 Ala pregunta sobre  las dificultades de la escalada , el vuelve a responder.
Le pregunta sobre sus nuevos retos; el por supuesto, le cuenta sus nuevos desafíos. El nuevamente responde, sin conseguir interesarme. Ni todas esas preguntas ni las respuestas me afectan.
Antes de despedirse, ella le dice , si tiene algún secreto para vencer la soledad.!!! Atención!!!.Esto si me interesa, levanto la vista del café, inhalo una fuerte calada.
¿Qué truco usara, me pregunto. Alo mejor, simplemente , no se siente solo.
Responde.
_ La verdad es que siempre llevo un par de libros y así  ,en momentos de impas , cuando la situación lo permite, leo .
Siento las palabras del autor, y eso me da mucho calor.
_¿Que libros llevas para ser leídos en las alturas?
_Pues lo cierto, es que lleve el ultimo libro de Labordeta, “Regular gracias a dios”. Para mi sorpresa, las palabras de ese gran hombre, tornan ahora mas importancia, pues al descender  la montaña, me entero que Labordeta acaba de morir.
Dejo de escuchar. Fumo. Tomo café. Pienso. Hablo con migo mismo. Es curioso mientras Labordeta dejaba de respirar y como dirían los católicos y los niños, con su inocencia virginal, iniciaba su camino ascendente a los cielos.
En ese preciso momento, sus ultimas palabras impresas,” Regular gracias a dios”, subían a los cielos del mundo, a los limites de la tierra, dentro de la mochila de un aventurero español. Español de Aragón. Español, que a esas alturas, solo puede ser, se me antoja, humano, sin más. Labordeta en la mochila de un aventurero llegando al cielo en el momento de su muerte, se me antoja este momento, poesía.
 Poesía pura. Quizás, solo se encuentre esta unión, esta fusión entre vida y poesía, cuando las esperanzas de los ciudadanos sean andar en las alturas, caminar hacia la excelencia. Ser puro como el aire que gobierna en alguno de los ocho miles. Quizás solo hay , existe esa conjunción entre arte y vida.
O quizás siempre abra poesía en la mochila de cualquier ser humano.

Un saludo Labordeta.

Seguire tomando este cafe,y fumando este cigarro...

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